Las dos formas de presunción
La presunción tiene dos formas principales. Esas formas se basan en falsos motivos
que dan al hombre presumido una impropia tranquilidad sobre su plenitud.
La primera forma se caracteriza por pensar que bastan las fuerzas naturales del
hombre para lograr la vida eterna y el perdón de los pecados. Esta forma se relaciona
con el moralismo, con incomprensión hacia la doctrina y los Sacramentos de los
Iglesia. Piensa el hombre presumido que si es una persona honorable y mesurada, no
necesita cumplir nada más. No cree en los Mandamientos y los preceptos, y piensa
que cumple con su deber. Cree falsamente que cuando se encuentre frente a Dios en el
Juicio final, él se salvará sólo por la moralidad que él mismo se inventó.
La segunda forma de presunción es la del hombre pseudorreligioso. Cree que puede
lograr mediante miles de ejercicios de devoción, un título válido ante Dios para
conseguir la felicidad eterna. Esta forma da una seguridad infantilista.
