La presunción
La Esperanza que da Dios origina una nueva juventud que sólo cae si se destruye la
Esperanza. Esa juventud de quienes tenemos Esperanza se aniquila con las dos faltas
de Esperanza: la desesperación y la presunción.
Lo cómico de la presunción es anticipar la plenitud de modo antinatural. El hombre
presumido piensa que ya alcanzó la plenitud, algo del futuro y que cuesta lograrla.
La presunción, va contra la Esperanza dada por Dios. Es un error de quien piensa
que no es “caminante y peregrino”. Es una actitud espiritual que contradice la realidad
de la felicidad perpetua y lo que cuesta llegar. La esencia de la Esperanza es ser futura
y penosa de lograr. Si no hay futuro ni coste cesa la Esperanza. La presunción no
reconoce nuestra vida como caminantes y piensa que la vida eterna ya se alcanzó. En
algunos velatorios oí predicar que ya estaban en el Cielo, unas personas que no
esperaban la felicidad ni que era preciso pasar la cruz para lograrla.