
La herida original también toca a la voluntad
La herida de la voluntad es más sensible. Asi como la inteligencia es herida en su
tendencia a la verdad, la voluntad es herida en su tendencia al bien. El hombre es
incapaz por si mismo de ordenarse a la comunión con Dios en Cristo; incapaz de amar
libremente a Dios por sobre todas las cosas. Privado de su orientación hacia Dios, el
hombre estám sometido a sus fuerzas animales, sutiles y malvadas. Por eso, la herida
de la voluntad es una herida de malicia. Es una especie de inclinación de la voluntad
hacia lo malo. Esta ausencia de interés por el bien y la búsqueda de placer, nos
inclinan hacia una gran fragilidad ante el bien y a una fácil complicidad con el mal. Asi
por nuestra herida original somos incapaces moralmente de cumplir todos nuestros
deberes de hombres. Sólo la gracia de Cristo nos libera de esa triste situación.