Importancia de la virtud de la prudencia
La capacidad de ver la realidad, que es la base de la prudencia, se opone al
moralismo. El moralismo separa el deber del ser. La prudencia, en cambio, conecta el
deber con el ser. El moralismo dice el bien es el deber. La prudencia dice el bien es lo
que está conforme con la realidad. Sabio es el hombre a quien las cosas le parecen tal
como son realmente. Todas las enfermedades del alma consisten en esa falta de ver la
objetividad y mirarse sólo a si mismo.
La virtud de la prudencia de la madre y el fundamente de los otras virtudes
cardinales: justicia, fortaleza y templanza. Solamente el hombre prudente puede ser
justo, fuerte y templado. Si el hombre es bueno lo es gracias a su prudencia. No
estamos acostumbrados a comprender la utilidad de la prudencia, ante todo, porque
este tema ni se menciona en la prédica o el catecismo, y poco se estudia en las casas
de estudio teológico.
