El silencio
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También como parte de la celebración, debe guardarse en su tiempo un silencio
sagrado. La naturaleza de este silencio depende del momento de la Misa en que se
observa, por ejemplo en el acto penitencial y después de la invitación a orar, los
presentes se concentran en sí mismos; cuando el sacerdote dice “Oremos” se trata de
una invitación al silencio que dura un rato y luego sigue el texto de una oración que se
llama “colecta” porque recolecta toda las oraciones silenciosas de los fieles. Al
terminarse los textos de la Escritura o la homilía, reflexionan un momento sobre lo que
han oído. Después de la Comunión, alaban en su corazón y oran y no se apresuran a
terminar la Misa.