El amor y la amistad
Los pensamientos de los antiguos sobre este tema son terminantes. Aristóteles dice:
“Los signos que caracterizan la verdadera amistad están tomados de la forma en que
el hombre la practica consigo mismo”. Y también afirma: “La forma más sublime de
amistad es la que se parece al amor que uno siente por sí mismo”. También S. Tomás
de Aquino equipara el amor de amistad al amor propio. Dice: “El amigo es querido
como la persona para la que se desea algo: de esa misma manera se ama el hombre a
sí mismo”. Ahora hay que entender que el amor a si mismo no es una especie de
reproducción de la amistad: se ama uno a si mismo como se ama al amigo. Al
contrario, la amistad es el reflejo, es la copia del amor a si mismo. El modelo primario
es el amor a uno mismo. La amistad procede del amor que uno siente por la propia
persona.