Carácter concreto de la moral
La única medida de la acción concreta es el acto del hombre que se decide a actuar
después de la evaluación y el juicio de la realidad. Esa medida de la acción no puede
ser calculada de antemano. El mandato de la Prudencia es una decisión de una acción
a realizarse aquí y ahora. Una de las condiciones esenciales de la decisión moral es
que solamente puede ser tomada por el hombre que debe ponerla en práctica. No
puede ser formulada por un sustituto escrito, aunque nadie tampoco puede descargar
a otra persona del peso de su responsabilidad, compañera de la decisión. El carácter
típicamente concreto de la moral corresponde en forma exclusiva a la experiencia viva
de la persona que se decide. De ningún modo caemos en el subjetivismo que olvida
los mandamientos de Dios y los preceptos de la Iglesia. Al hombre se lo prohibe actuar
contra su consciencia . Sólo así se puede entrar en la totalidad de situaciones
concretas que circundan el actuar concreto. Eso significa entrar en la índole peculiar
del hombre que actúa y las condiciones del aquí y del ahora.