Las dos maneras en que podemos ser imprudentes

Las dos maneras en que podemos ser imprudentes

Veamos ante todo la primer manera; Esta primera manera de ser imprudente es por
omitir cualquiera de los requisitos que exige la prudencia. La impremeditación, la
precipitación y la inconsideración, junto con la inconstancia, que ya mencioné son los
modos de esta primera manera de imprudencia. También la falta de visión y de cautela
hacia las realidades concretas de nuestro obrar, y también la negligencia en la
decisión. Esta manera de ser imprudente es por defecto, por una carencia, un no. S.
Tomás ve la raíz de esta imprudencia por defecto en la lujuria, o sea el extravío en los
bienes sensibles que divide la capacidad de nuestras determinaciones.

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