La tarea de los sacerdotes en sus iglesias
“Los pastores deben fomentar con diligencia y paciencia la educación litúrgica y la
participación activa de los fieles, interna y externa. Así cumplen una de las funciones
principales del fiel dispensador de los misterios de Dios, y sobre esto guíen a su
rebaño de palabra y con el ejemplo.
En la reforma de la Liturgia, los textos y los ritos deben expresar con mayor claridad
las cosas santas que significan y, en lo posible, el pueblo cristiano pueda
comprenderlas fácilmente y participar en ellas mediante una participación plena,
activa y comunitaria.
Para promover la participación activa se fomentarán las aclamaciones del pueblo, las
respuestas, la salmodia, las antífonas, los cantos y también las acciones o gestos y
posturas corporales. Además, se debe guardar, en sus momentos, un silencio
sagrado. En los libros litúrgicos debe estar prevista la participación del pueblo.
¿Qué ha sucedido para que el pueblo se oiga sólo en el Credo y el Cordero de
Dios? ¿Por qué el pueblo ya no canta? Porque la Iglesia manda una participación
activa, consciente, fructuosa, plena, interna y externa, comunitaria, piadosa. ¿Por qué
hoy no se oye al pueblo en las cosas santas?
