El agua bendita
Durante la solemne noche de Pascua, también llamada Vigilia Pascual, se bendice el
agua con las fórmulas más veneradas de la liturgia católica. Con esa misma agua, o
bien se bautizan los catecúmenos en esa Noche Santa, o bien, si no hay catecúmenos
se rocía a los fieles, o ellos la toman con sus dedos y se bendicen a sí mismos.
La parte de la Vigilia Pascual en la que se bendice el agua, se llama Liturgia
Bautismal, porque además la comunidad católica renueva cada año las promesas del
Bautismo y la renuncia al Diablo.
Los católicos tenemos mucho respeto por el agua bendita y la llevan a sus casas
para bendecir a los suyos y a su hogar en la Pascua.
El agua es un símbolo de purificación y de muerte, y a la vez es un signo de
renovación y de vida. Muy valiosas son las palabras de Jesús: Si alguno tiene sed,
venga a mi, y beba quien cree en mí, pues dice la escritura: de su seno brotarán ríos
de agua viva. Esto lo dijo refiriéndose al Espíritu Santo que iban a recibir quienes
creyeran en El. Porque no habían recibido el Espíritu porque Jesús no había sido
glorificado.