
Los valores – 33
Los valores familiares
Mantener en orden su lugar en la familia, y el cuarto, la casa, el baño, la cocina.
Nadie nace sabiendo poner en orden las cosas. Es parte del aprendizaje desde bebés. El orden personal y de la familia se enseña y se aprende. Hay un orden de cada uno en su cuerpo: su higiene, la limpieza, el cuidado del cuerpo. De eso ya hablamos en los valores vitales, los primeros a enseñar.
Ahora nos dedicamos a otro orden. Ante todo, hay que enseñar a cada uno el lugar que ocupa en la familia: el hijo menor siempre será el más chiquito. Por eso debe respetar a los mayores y no creer que sabe más, porque tuvo oportunidad de estudio o mejor trato. El hermano mayor es el primero de los hijos. Entre esposos sucede lo mismo: ninguno es quien manda. En esta época hay mujeres (que como han trabajado) sienten que deben ordenar la casa y la familia como ellas quieren. Hay una gran generación de varones que se dedica a ganar la plata y no se ocupa de sus deberes. , porque cree que le han quitado sus derechos de padre de la familia. Si no existe ese orden interior entre los de una casa, no hay amor.
Luego están las lecciones sobre el orden de los lugares. No se puede vivir en el desorden, en cuartos acumulados de trastos inútiles que nadie usa; ni en casas o departamentos con grandes cosas viejas y guardadas por recuerdo. El ambiente influye en el modo de pensar el mundo. Cuando no se enseñó el orden de la casa, no se puede pretender que haya economía y ecología buenas. La economía es el orden de la casa y la ecología es el orden del mundo. Hay cafeterías en las que nadie se molesta en poner los recipientes y deshechos en los lugares designados. Parece gente nacida en la opulencia, con esclavos a su servicio. En cambio, es mejor que haya orden en los ajuares y enseres.