UNA SOCIEDAD FRAGMENTADA
Las palabras del papa Benito XVI deben meditarse: la crisis espiritual que golpea a Occidente es la más grave desde la caída del Imperio Romano en el s. V. Cuando era responsable de la Fe en la Iglesia de 1981 a 2005 (24 años) nada dijo. El 13.V.2005 había dicho: están muy presentes las causas del desierto espiritual que afligen a la humanidad de este tiempo y, por ende, minan también a la Iglesia que vive en esta humanidad. Después de 7 años de papa dio ese juicio severo sobre la crisis de la Iglesia y el mundo.
Entre otros temas, los católicos han perdido la necesidad de arrepentimiento, de amor sacrificado, de pureza del alma, del sufrimiento aceptado con paciencia, como caminos que conducen a Dios. Hoy se adora al ego. Y sólo se busca lograr autoestima.
Adultos y jóvenes no tienen escrúpulos en vivir del consumismo y en el materialismo, y si les toca entrar en una Iglesia, como hace años que no se confiesan, comulgan con toda tranquilidad pero como algo exterior. Hay que disfrutar de la vida: nada de penitencias.
En Occidente y casi todos los católicos se ha abandonado la razón y la inteligencia, se ha perdido la memoria y la Tradición, y triunfa un relativismo y un emotivismo, donde cada uno hace lo que le parece.
La cultura popular destruye, porque:
-Se abandonan las normas morales objetivas.
-Se rechaza cualquier Orden que no provenga de uno mismo.
-Se repudia el pasado como algo superado.
-Se toma distancia de la comunidad católica y de lo que no fue elegido por uno mismo.
-Hay que vivir con ropa firmada y smartphones.
En secularismo, el hedonismo y el materialismo han fragmentado a la sociedad. Pero no es una crisis de hace pocos años: se viene gestando en la historia desde hace siglos.