Tensión entre carne y espíritu
El cuerpo fue hecho para servir al alma de modo obediente. Sin embargo, el
cuerpo se opone al alma. Eso significa que alma y cuerpo son complementarios
y también opositores. Son dos fuerzas en tensión o en unión. La experiencia
nos dice que lograr la unión exige tiempo y sacrificio. Nuestra grandeza
consiste en que debemos construir la unidad poco a poco. La afectividad es un
ejemplo: es una fuerza indispensable para mantener mi unidad y también una
fuerza peligrosa. La violencia de la afectividad requiere el poder del espíritu.
Hay una lucha entre el alma y el cuerpo: es un conflicto del alma. Somos seres
con un sentido, nuestra meta es la plenitud espiritual. Hay que elegir la meta,
aunque el cuerpo nos pesa demasiado. La sociedad materialista elige el culto al
cuerpo: la publicidad dice “disfruta del cuerpo”. Es una nueva religión que
excluye al alma y sus dogmas son la pureza de la sangre y el esplendor del
cuerpo. Ahora el cuerpo se ha convertido en un ídolo y en un medio de destruir
nuestra unidad.