Soy peregrino y caminante
Cuando cantamos este cántico en la iglesia, no le damos la seriedad y la virilidad de
esta expresión, ni pensamos en la fuerza de esas palabras como nuestro deber: sí,
somos peregrinos en este mundo. Cuando decimos que somos peregrinos y
caminantes, esas palabras no reflejan la realidad de nuestra esperanza. Nos parecen
palabras melodramáticas, estéticas, pero no captamos su sentido de nuestra marcha
hacia Dios. Un falso sentimentalismo nos quita hoy, la felicidad de encontrarnos con
Dios, la Realidad Ultima, despues de la peregrinación por este mundo. Ese
sentimentalismo oculta sobre todo a los jóvenes la meta de sus vidas.
Sin embargo, ser peregrino y caminante es una expresión que pertenece a las bases
de la existencia humana de los cristianos. El concepto de “caminante” es uno de los
conceptos fundamentales de nuestra teoría cristiana de la vida. Jesús, en el evangelio,
aparece como un hombre que está siempre “en camino” hasta que llega su hora, y
cuando llega la hora también camina hacia el calvario y la gloria que le espera.
