Somos personas en camino
No existen palabras más profundas que toquen el fondo de nuestra existencia que
las que nos hacen decir que somos hombres en camino hasta la muerte. Nuestro
estado es ser caminantes. Los cristianos solemos explicar esta realidad diciendo que
nuestra alma después de esta vida sin reposo en este mundo logrará el descanso de la
patria celestial. Así lo canta el pueblo sencillo. Esa explicación supera la
desesperación racionalista. Aunque en realidad esas palabras son una fórmula
abreviada y expresiva de la conducta más honda del ser humano. Así podemos
iluminar nuestro espíritu y conocer profundamente nuestra existencia.
Ser caminante no señala por que lugar marchamos. En realidad, ser caminante
expresa lo más íntimo de nuestro ser. Significa que “aún no” somos completos. Eso
indica que, por un lado, no somos plenos, y por otro, marchamos hacia la plenitud,
cuando podamos decir “ahora sí”.