Sentido de la castidad cristiana
No es una debilidad. Es una consagración libre del cuerpo a la gloria de Dios.
El cuerpo fue creado no para vivir en la vergüenza y el libertinaje, sino para
seguir a Cristo y que El dirija el cuerpo. La castidad es un homenaje a Cristo,
nuestro modelo. La castidad es una espiritualización del cuerpo. El alma doma
al cuerpo y lo orienta para que sea servidor del alma. La castidad es poner en
orden a los instintos descontrolados del cuerpo que lo envilecen. Demuestra
que la gracia de Dios puede librarnos de la tiranía carnal. La docilidad del
cuerpo al alma es un ideal para los jóvenes, esposos, solteros. Porque aunque
redimido, el cuerpo resiste al alma y lo tienta duramente. La miseria del cuerpo
permanece, aunque por la Gracia de Dios está destinada a ser vencida. La ley de
los instintos y del pecado que nos esclaviza es vencida por la Gracia de Jesús.
El cuerpo alcanzará su plenitud cuando se termine este tiempo. Somos
redimidos de esta tensión sólo en Esperanza. Ahora es tiempo de lucha y
sacrificio.