Requisitos para la plena eficacia de la Misa
Por los sacramentos y sobre todo por la Misa recibimos la máxima eficacia de la
Gracia de Dios que nos santifica. “Para asegurar esa plena eficacia es necesario que
los fieles se acerquen a la Liturgia con recta disposición de ánimo, pongan su alma en
consonancia con su voz y colaboren con la Gracia divina, para no recibirla en vano.
Por esta razón, los pastores de almas deben vigilar para que en los Sacramentos y la
Misa no sólo se cumplan las leyes relativas a la celebración válida y lícita, sino
también para los fieles participen en ellos, y especialmente en la Misa, de modo
consciente, activo y fructuoso”.
Esas son palabras del Concilio Vaticano II en su primera Constitución, en 1964. Y
comenzó una etapa de ayudar a los fieles a esa participación. Ya los papas anteriores,
San Pío X, San Pío XII y San Juan XXIII pedían que los fieles no fueran mudos
espectadores en las celebraciones litúrgicas. Y se trabajó mucho en esa participación
activa.
Pero llegó la pandemia del año 2020 y como no se tiene memoria, prohibieron la
celebración de la Misa y los Sacramentos en nuestras iglesias, durante seis meses.
Ese fue el detonante para que los fieles volvieran a ser mudos espectadores. Volveré
sobre el tema.