¿Qué necesita la esperanza natural para ser virtud?
La Esperanza, lo mismo que el amor, es una de las actitudes más simple y primarias
de quienes vivimos. Por la esperanza, nos esforzamos de modo confiado en alcanzar
nuestra meta, hacia la plenitud, cuando se termine el “aún no” y entremos en la
felicidad. Esa meta llenará nuestras esperanzas naturales y la sobrenatural que da
Dios.
El intento de lograr el Bien mediante nuestro propio impulso natural, no nos da la
seguridad de llegar al verdadero Bien. Porque podríamos esperar cosas malas, y
entrar por el camino alejado del Bien. A pesar de esa realidad, ese impulso natural
puede recibir el don de Dios y así orientarse hacia el Bien.
Nuestra actitud de esperar y esforzarnos por llegar a la plenitud, cuando logra ser la
virtud que da Dios, nos da dos virtudes importantes: la magnanimidad y la humildad.
Tenemos que luchar para que nuestra esperanza natural se haga sobrenatural, por la
confesión de nuestros pecados, la ayuda al necesitado y la participación con los
demás en la Misa dominical.
