Prudencia y grandeza de ánimo

Prudencia y grandeza de ánimo

Nos debe quedar bien claro que la prudencia es pariente de la magnanimidad, que es
una virtud de mirada brillante. Quien es grande de ánimo se opone a los que tienen el
ánimo pequeño, o dicho con una sola palabra, a los pusilánimes. El magnánimo o
grande de alma es contrario a la simulación, los escondrijos, los ardides, y la
deslealtad: todas esas cosas pertenecen a los espíritus mezquinos y a los
pusilánimes. Aunque la grandeza de ánimo o magnanimidad se deleita en la claridad,
no en los caminos falsos y oscuros. Ese es el oscuro origen de la astucia y de la
intriga. Eso nos hace encontrar con la falsa prudencia y las prudencia que se
consideran muy sagaces. Esa falsa prudencia nace de la avaricia.

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