Primer peligro del amor conyugal
El amor nupcial es complejo, y en el hombre caído, el primer peligro es la separación
de sus elementos. El amor se disocia de su finalidad real, que es Dios y el hombre
amados en Cristo. Los impulsos del instinto, las emociones de la afectividad, y los
llamados del espíritu, se encuentran desordenados y domina la pobre creatura
humana. Hay tres tipos de personas: las del instinto, las del sentimiento y las del
cálculo. El hombre del instinto se entrega a sus reflejos: para él el amor es una
necesidad física y una realidad brutal. El hombre del sentimiento queda absorbido en
la emoción y vive el amor como un sueño lleno de técnicas para seducir y falsedades.
El hombre del cálculo ve el amor como una necesidad social, exigida para mantener la
especie. En eso se convierte el matrimonio en una sociedad corrompida. Esa triple
separación es la muerte del amor conyugal. Y la peor de esas emancipaciones es la de
la afectividad.