Primer llamado del amor nupcial
Las personas se realizan y se logran por el amor nupcial en un misterio que las
supera. Esa unión tiene un primer llamado: es el llamado vital, el impulso de la vida. Su
comunidad es normalmente fecunda porque por naturaleza está orientada hacia el hijo.
El hijo prolonga su impulso y asegura su futuro. El varón y la mujer forman una
comunidad no sólo para prolongarse ellos, sino para engendrar una persona que son
ellos. Con esa nueva persona se da un paso adelante y un progreso en el desarrollo de
la humanidad. El amor del varón y la mujer son creadores en sus plenas dimensiones
y, más aún porque alcanzan a procrear al hijo que es una persona humana abierta a un
destino infinito. Eso concede a quienes se aman una alegría inmensa.