¿Por qué la gente de hoy tiene mucho sentimiento y pocas ideas?
Osvaldo D. Santagada
En esta época se da un hecho sencillo que no captamos. Nos afectan emocionalmente muchas cosas, pero no nos interesa la Verdad. Así unos obreros que no tienen escuela ni saben escribir y leer se dejan “atrapar” por una cierta espontaneidad de los predicadores que buscan aumentar sus diezmos; nos atraen las cosas variadas que no sigan un mismo modelo; nos atrae lo inesperado o lo único. En esas situaciones surgen sentimientos fuertes. Lo que interesa a la gente de hoy es “sentirse bien”. No le interesa lo que puede demostrarse con la razón como verdadero. La gente de hoy es más emocional que racional. Mucho menos racional que nuestros padres. En realidad somos mucho más románticos que nuestros padres.
Hay algo que los católicos nunca pudimos entender y que ahora hace furor entre la gente: es que cada uno puede hacer y pensar lo que se le de la gana, aparte de que sea verdad o no. Es pura emoción, un hambre insaciable de sentirse querido y aceptado. La gente de hoy se deja “atrapar” por cualquiera que le de un abrazo y le pida ser uno de sus amigos. La ventaja de ser católico, es que la Fe católica respeta la libertad de la gente, pero le dice lo que está bien y lo que está mal. Los católicos no vivimos desesperados queriendo “atrapar” prosélitos, sino esperando que el Espíritu Santo llame a las almas de los otros y buscando la Verdad.
Las cosas buenas del mundo actual son poéticas y sentimentales. Eso se ve en el mimo a los niños, en el placer por las novelas sobre el corazón humano, en un aumento del cariño hacia las mascotas, y un gusto acerca de las relaciones íntimas y los asuntos de amantes, entre príncipes o pobres. Sin embargo, todo lo que anda mal en el mundo actual proviene de la falta de lógica, de integridad intelectual, de un orden pensado: p.e. el caos de Buenos Aires, la inflación al galope, el problema de los desocupados, la eterna cuestión de la educación. Mirado con la inteligencia, vivir haciendo lo que se le de la gana, es irracional. El mundo actual tiene algo admirable que es sentir. El peligro es que no piensa.+
