PEREGRINACIONES
El lugar de la peregrinación es un monumento de la devoción del pueblo de Dios,
donde se obtiene la fuerza para vivir la vida cristiana y donde nos comprometemos a
las obras de misericordia espirituales. Es también un lugar para dar testimonio de la
Fe propia. Los santuarios que guardan la memoria de la presencia salvadora de Dios
son manifestaciones vivas en la búsqueda de Dios.
Las peregrinaciones son ocasiones de la Gracia de Dios. Recordemos que Jesús se
separó de María y José en una peregrinación; Jesús peregrinó con frecuencia a
Jerusalén; Jesús padeció en días de peregrinación; el Espíritu Santo descendió sobre
peregrinos reunidos.
Impresiona el encuentro con gente de todas partes; las dificultades; las
incomodidades; la generosidad de los que atienden; la abnegación. Una verdadera
espiritualidad exige llegar y primero reconciliarse, dar tiempo y dinero para los
necesitados, contar las maravillas de Dios.