Otra forma de amor
Es imposible entender a la M. Teresa de otra forma que como una de las versiones de
la incinación amorosa, inspirada por la expresión “Es bueno que existas”. El primer
paso está dado ya, sin que lo sepamos. Consiste en que nosotros, al amar,
reproducimos en concreto, previo a cualquier intención, la afirmación creativa básica
de lo que existe. Pero también es posible como segundo Paso, que hagamos
consciente ese acto de reproducción que tiene lugar en nuestro amor. Sería posible
que al encontrar bueno, maravilloso o excelente algo que vemos: un árbol, la
estructura de un alga en el microscopio, sobre todo un rostro humano, el amigo, la
compañera de nuestra vida, nuestra propia existencia, al amar algo amable, nos
diéramos cuenta de que con ello estamos continuando la afiramción primera sucedida
en la Creación, por la cual todo es querido por Dios, y por eso mismo, es bueno.