Moralismo y casuística
Hay un modo de enseñar la moral que se vincula con el voluntarismo y no con la
razón, y lo consideran a menudo típicamente cristiano. Ese modo, que enseña
mediante “casos” de orden moral, falsea la conducta ética del hombre, porque ve en
esos casos una suma incoherente de prácticas de virtud y de obligaciones positivas y
negativas aisladas. Ese modo de enseñar despoja a la acción moral de sus raíces en el
suelo bueno del conocimiento de la realidad y de la existencia viva del hombre
viviente. Ese tipo de moralismo no sabe o no quiere saber, y sobre todo, impide saber
que solamente es bueno lo que es conforma a la esencia del hombre y a la realidad
concreta. Esa conformidad muestra su luz en el cielo de la prudencia. Por
consiguiente, la realización del bien es algo totalmente diferente del mero
cumplimiento de un precepto que se impone desde la oscuridad de un juicio poderoso.
