los dos burritos, osvaldo santagada

Los dos burritos

Había una madre que estaba muy triste, porque sus dos hijos se habían desviado del camino en que ella los había educado. Mal aconsejados por sus amigos, habían abandonado la fe y se estaban entregando a una vida llena de vicios. Esa madre fue un día a desahogar su congoja con un santo sacerdote. A él acudía la gente atormentada por la vida.

 

Ella le abrió el corazón. Le contó su tristeza. Había puesto su empeño en recordarles la figura del padre difunto. Ahora ya adolescentes, se habían dejado influir por compañeros que no seguían el buen camino y enseñaban a no seguirlo. Lo peor era que ella ya no sabía que actitud tomar.

 

El santo sacerdote la escuchó en silencio y con cariño. La invitó a que juntos se acercaran a la ventana. Sólo se veía un arbusto, y atada a su tronco una burra con sus dos burritos.

 

¿qué ves? – le preguntó.

 

Veo una burra atada al tronco del arbusto y a sus dos burritos que retozan a su alrededor sueltos. A veces vienen y maman un poquito, y luego se alejan corriendo por detrás de la colina donde parecen perderse, para aparecer enseguida cerca de su madre. Y esto lo han venido haciendo desde que llegué aquí.

 

Has visto bien. Aprende de la burra. Ella está atada y tranquila. Deja que sus burritos retocen y se vayan. Se presencia allí es un continuo punto de referencia para ellos, que retornan a su lado. Si ella se desatara para querer seguirlos, se perderían los tres en el desierto. Tu amor a Dios es el mejor método para que tus hijos puedan encontrar el buen camino cuando se den cuenta de que están extraviados.

 

Sé fiel y conservarás tu paz, aún en el dolor. Y la bendijo.

 

Extraído del libro “Historias de Vida” de Mons. Dr. Osvaldo Santagada, 2014.

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