Los devocionarios

Los devocionarios

Una de las prácticas habituales de los católicos es guiarse por los
devocionarios. Algunos eran libros de formato manuable aunque de
mucho contenido. Esos devocionarios ahora han desaparecido o
quedan sólo en algunos países. La Argentina no se caracteriza por
proponer a los fieles variados útiles para su vida cristiana.
En 1988 redacté un Devocionario de Jesús Misericordioso, que
tuvo muchas ediciones y alcanzó enorme difusión en todo el país.
En 1993 preparé el Devocionario de San Gabriel, con una novena
bíblica y otras oraciones y letanías. Tiene muchas ediciones hasta

hoy. En 1996 el de N. S, de Fátima. En 2014 escribí el Devocionario
de María Rosa Mística, cuyo santuario está en La Plata. Faltaría un
devocionario a Santa Teresita de Lisieux.
Estos simples devocionarios que no pueden equipararse con los
antiguos, han servido para promover las devociones católicas y
orientar la piedad de los católicos argentinos. Su formato pequeño
permite llevarlos en el bolsillo, la billetera o la cartera.
Una desenfocada interpretación del Concilio Vaticano II, rompió
con la tradición de los devocionarios. El Documento de Puebla
muchos años después, reconocido por la Santa Sede, aceptó la
necesidad de promover las devociones católicas como parte de la
religiosidad popular.

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