Las víboras mentirosas

Las víboras mentirosas

Una mamá víbora tuvo varios vivoreznos. Las mamás víboras no tienen un sólo crío, sino dos, tres y cuatro. La mamá víbora no cuida a sus hijos. Los deja solos. Por eso, los vivoreznos son caníbales a vececs y se comen entre ellos.

   Un ángel se apareció a la mamá víbora y dijo: “Yo soy Gabriel, el que está delante de Dios. Tengo que decirte algo”.

   La víbora se imaginó a qué venía el ángel y dijo: “¿A qué vienes? Estoy muy ocupada, pues el león me ha pedido unos informes.”

   Repuso el ángel de María: “Tengo una queja contra tí y las demás víboras y serpientes. ¿Por qué son tan mentirosas?”

   La mamá víbora dijo: “Angel Gabriel, ¿cómo sabes que somos mentirosas? Ahora mismo voy a conversar con el señor león. ¿Cómo voy a mentir al rey de la selva?’

   Dijo el ángel: “Si no le mientes, tampoco le dices la verdad y lo que sabes te lo guardas para ti. Los leones me dijeron que les das informes falsos y no mienten”.

    Después la mamá víbora replicó: “Desde el inicio del mundo somos mentirosas y no vamos a cambiar. Mentimos hasta a nuestros padres por rabia de que nos dejaron solas. Mentimos porque así es nuestra natura. Deberías hablar con los humanos. Desde chicos no dicen la verdad, aunque saben que la mentira es algo malo, porque engaña a los demás. A veces exageran las mentiras para que los demás piensen que les están diciendo la verdad. Los humanos usan la mentira para dañar, lograr sus malos propósitos, o sólo para ver cómo los demás caen en sus trampas”.

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