LAS PEREGRINACIONES
Es una práctica universal de todas las religiones, que hunde sus raíces en el fondo de la historia. El salmo 121 nos hace cantar: Qué alegría cuando me dijeron: Vamos a la Casa del Señor. Las peregrinaciones cristianas más antiguas de que se tenga memoria se remontan al siglo III y IV. Hay una famosa que es la de la monja gallega Egeria, que viaja a Jerusalén y detalla en su crónica como era la Semana santa allí, en particular la marcha hacia el Calvario. Los judíos peregrinan a Jerusalén; los cristianos a diversos santuarios en honor de Cristo, la Virgen Ma ría o los santos; los musulmanes van a La Meca; los budistas al templo del caballo blanco en China; y las
demás religiones tienen sus lugares sagrados. Las peregrinaciones se hacen como acto de fe o acto penitencial para expiar los propios pecados. El peregrino es un extranjero. Por eso, la vida del creyente en la tierra se llama peregrinación y a nosotros, peregrinos. Aquí en San Gabriel Arcángel de Villa Luro, sin tener el título oficial, muchos peregrinos se acercan debido a los milagros maravillosos que se dieron por las oraciones de la S. Virgen María y el Arcángel de la anunciación. Vienen de todas partes y parten con la salud en el alma y en el cuerpo.
Es una responsabilidad que los católicos consideren a nuestra pequeña iglesia sede de peregrinación. Estar a la altura de este deber sólo es posible con el auxilio de la Gracia de Dios, que viene a hacernos comprender la enorme Fe de la gente, a respetar, y a servir a los peregrinos para que no se sientan desterrados, sino en tierra hermana. La Fe se muestra en buenas obras, respeto, silencio, y el vestido. +