Las cualidades del amado no son el centro de la persona
Es evidente que el ser y el ser de una forma concreta no pueden separarse, no se da
una existencia sin una esencia. Cuando el amante ve a la amada, tiene ante sus ojos
las dos cosas.
El amor en su primer paso salta precisamente al ver la manera de ser de la persona
amada, es decir, sus cualidades: la belleza, el encanto, la inteligencia. Después cuando
ya se ha hecho amor completo, se interna hasta el centro de la persona que se
encuentra detrás de esas cualidades y las sustenta. El amor completo va hasta el
sujeto de esa realidad inagotable para la inteligencia que llamamos existencia, hasta lo
más íntimo de la persona amada, que siempre queda cuando ya hace tiempo que
aquellas amables cualidades desaparecieron y que principio pudieron ser la razón del
amor.
El verdadero amor no dice: Te quiero porque existes. Eso es alejado de la realidad. No
hay verdadero amante que haya dicho esa frase. Lo que decimos es: Que bueno que
existas. Es posible que amor comenzara con alguna razón , pero cuando el amor se ha
encendido no necesita ya razones.