Las acciones morales del hombre
Las acciones morales del hombre no son manipulaciones, más o menos
determinables de antemano, encaminadas a una obra técnica. Las acciones morales
son los pasos que llevan a la realización de uno mismo. El yo humano, que alcanza su
plenitud en la práctica del bien, es una obra que supera cuantos planes y proyectos
que pueda trazar previamente el cálculo del hombre. La forjación de la persona
humana se lleva a cabo mediante la respuesta, en cada caso adecuada, a una realidad
que nosotros no hemos creado y cuya esencia es la mutabilidad del nacer y el morir,
no el ser verdadero. Formular esta respuesta en cada caso adecuada, sólo puede
hacerlo la virtud de la prudencia, No hay técnica del bien y de la perfección. Llevada a
su extremo, la casuística sustituye por técnicas y recetas la flexibilidad sin límites que
debe guardar la virtud de la prudencia al encararse con las complejidades de la vida
moral.
