La prudencia y los fines de la vida
No es el oficio de la prudencia descubrir los fines, o mejor, al fin de la vida, ni
establecer las disposiciones fundamentales de la esencia humana. El sentido de la
prudencia es encontrar los caminos adecuados a esos fines y determinar así la
actualización aquí y ahora de esas disposiciones fundamentales.
Saber cuáles son loas fines de la propia vida no puede ser fruto de una capacidad
que debe ser adquirida en esta vida. Todos tenemos consciencia de que es necesario
amar y realizar el bien. Cada hombre sabe que el bien esencial y propio de su
naturaleza es el ser conforme a la razón. Eso significa que sea conforme a la propia
realidad. Nadie precisa que se le advierta de la necesidad de ser justo, valiente ni del
deber de moderarse (la templanza). Esos conocimientos no tienen necesidad de
deliberación. La prudencia delibera para la realización concreta de la justicia, la
fortaleza y la templanza,
