La prudencia es conocimiento pero inseguro
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Es una ilusión o error de los moralistas sobrevaluar el resultado de la prudencia,
porque aunque es una fuerza intelectual, no posee la certidumbre de la verdad. Asi que
se debe tener en cuenta que la certeza que acompaña al hombre prudente no es tanta
que lo exima de todo cuidado. Esto es muy profundo. Es inútil que esperemos una
certeza teórica en la conclusión de nuestra acción moral. El hombre prudente no
espera certeza donde no la hay y cuando no la hay: en una palabra no nos dejamos
engañar por las falsas certezas. Hay que tener la paciencia de esperar a que la acción
concluya. Nadie va a un objetivo seguro de que le saldrá todo bien. Siempre hay que
tener en cuenta el elemento de inseguridad de lo que todavía no se ha terminado.
