LA GENUFLEXION
La Iglesia Católica manda a sus hijos que al entrar en sus iglesias doblen la rodilla
derecha hasta el suelo para saludar a Cristo presente en el Sacramento guardado en el
Sagrario. Esta es una ley antigua que tiene, al menos, diez siglos de práctica. También
se manda que nadie se retire de sus iglesias sin hacer otra vez ese saludo a Jesús.
Doblar la rodilla derecha se llama hacer una genuflexión. Los pueblos más antiguos
poseen normas de respeto en sus templos, ya sea doblando las dos rodillas e
inclinando toda la espalda hasta el suelo; ya sea doblando las dos rodillas y poniendo
las dos manos extendidas una junto a la otra con la espalda recta; ya sea inclinando el
cuerpo; ya sea elevando las manos juntas varias veces. El saludo a Dios se hunde en
las raíces de la historia.
Los católicos somos conocidos por la genuflexión hacia el Sagrario. Mientras se
hace ese saludo se dice: Te adoro Cuerpo y Sangre de Jesús que en al ara de la cruz
fuiste digno sacrificio ofrecido por mi salvación y la del mundo entero. Enseñar a los
niños desde pequeños a hacer la genuflexión mantiene la tradición de saludo a Jesús
presente y guarda la Fe del pueblo. Los adultos son responsables de mantener
silencio en sus iglesias y dar ejemplo de cumplir con esta norma.