La dificultad del varón

La dificultad del varón

Para el varón que es la cabeza de la comunidad conyugal lo difícil es mandar como un servidor. Eso significa resistir a la debilidad de un amor muy carnal que abdica el deber de dirigir y salvar; y también resistir al egoísmo que lo lleva a usar a la mujer para satisfacer su concupiscencia y dominación. Lo mejor es que el marido ame a su esposa como Cristo amó a la Iglesia, con un amor que domina los instintos y sabe sacrificarlos; con un amor generoso que se entrega hasta la muerte, y con un amor delicado y tierno que da el calor de un seno maternal. Cuando se da un amor así someterse no es nada porque hay voluntad de servicio, y de santidad. Aunque llegar a algo tan sublime sólo puede vivirlo un varón que está unido a Cristo y a la Iglesia.

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