
La desesperación y la soberbia:las dos formas de falta de Esperanza
La desesperación y la soberbia destruyen nuestro caminar hacia la felicidad. Ambas
petrifican lo humano, que sólo la Esperanza puede mantener vital. Esas dos formas de
desesperanza son inhumanas y mortales, porque hacen morir al alma.
Hoy cuando decimos desesperación pensamos en ese estado anímico en el que
caemos, contra nuestra voluntad. Cuando hablo de desesperación entiendo una
decisión voluntaria, un acto espiritual, no un problema anímico. Esta desesperación es
pecado, un pecado que tiene eficacia y aumenta la actividad para el mal.
La Esperanza dice: terminaremos bien nosotros y yo también.
Estas palabras sobre la Esperanza y la desesperación no las entiendan como
“teoría”. Quien espera o quien duda, lo hace con su voluntad y así determina sus
actos.
La Esperanza y la desesperación tienen diversos grados de hondura. Por encima de
una Esperanza que está en lo más hondo del alma, pueden darse pesimismos
superficiales que no afectan la Esperanza profunda ni tienen importancia definitiva.
Por otra parte, los hombres realmente desesperados, pueden mostrarse “optimistas”,
cerrando lo más hondo y sin un quejido. Hay gente maestra en esto.