La acedia y el orgullo
La acedia, esa apatía triste, marca la fisonomía de esta época, en la cual la misión de
llevar la Fe empieza a perder obligatoriedad pública. La acedia es el sello de nuestra
época que no quiere cumplir las obligaciones del cristiano. Las hermanas de la
desesperación, hijas de la acedia, confirman este diagnóstico. En nuestra época han
madurado los frutos de la tristeza.
Las tentaciones de la acedia y la desesperación no pierden su fuerza. Se vencen
sólo con la resistencia y la atención. Trabajar no anula la desesperación, sino quita la
grandeza de ánimo y el impulso sobrenatural de la Esperanza en la felicidad perfecta.
La raíz de la desesperación es la tristeza de la acedia. Hay una relación entre el
orgullo y la desesperación. El orgullo vincula las dos formas de falta de Esperanza: la
desesperación y la presunción. La desesperación niega la plenitud y la presunción
afirma la no-plenitud como si fuera plenitud. Veremos qué significa la presunción.