Importancia del Dios amado y de nuestro sacrificio
La Fe se funda sobre el amor de Dios y vive de él. Por ese amor, estamos en contacto
con Dios. El ya no es un Dios lejano que se busca en la oscuridad. No es una unión
fugaz, sino un abrazo del alma y Dios. Pese al amor de Dios el alma sigue siendo pobre
y miserable. Sin embargo, el alma se une a lo que Dios ama y quiere. Por eso, no se
molesta por lo que Dios manda. Porque la libertad llena de vida por la Gracia, lúcida,
deja de ser tímida y se hace la libertad de los hijos de Dios, con generosidad, esfuerzo
y sacrificio. Ahora, llena de la Gracia de Dios el alma se siente libre, aunque su lucha
interior no queda suprimida, sino por ahora sólo superada. La guerra interna entre
carne y espíritu deja lugar a una sinfonía de paz. Esto es lo que llamamos la libertad
espiritual o la libertad liberada.