Historia de vida ¿Por qué no aceptamos ser quienes somos?
La iglesia estaba repleta. Iba a ver una ordenación sacerdotal. Había venido mucha
gente de una villa miseria, porque se ordenaba un seminarista que había trabajado allí.
La gente estaba de fiesta. Se notaban las ropas recién compradas. Albañiles,
plomeros, cloaquistas: obreros con sus hijos. No sabían que era eso de ordenación
aunque tenían afecto por el seminarista. El muchacho pertenecía a la clase media
pudiente. Tenía compasión por los marginados y pertenecía quienes habían oprtado
por los pobres.
Todos deseaban ver al amigo en su dia. Pensaban que era como un casamiento.
Llegó el novio contento. Venía con las mismas ropas grises y gastadas, con
alpargatas viejas, sin haberse cortado el pelo, ni afeitado, porque quería parecer
pobre. El contraste era muy fuerte: causó sensación. El rumor fue creciendo… Qué
desilusión!