Hechizo, embrujo, encantamiento
El amor es una especie de fatalidad que llega de modo inesperado. Quedar
hechizado, o quedar envuelto en la magia del amor. Quedar embrujada, como si el
alma fuera un brujo que pudiera suministrar pociones alquímicas para provocar ese
sentimiento tan hondo. O también quedar encantados, o sea atrapados por un canto
tan hermoso del que uno no se puede substraer.
Todas esas expresiones quedan sintetizadas en la palabra latina “affectio”, que
signific quedar afectado por alguien o por algo. Una afección en castellano es también
una enfermedad, sin embargo decimos con tranquilidad: recibe mi afecto, con todo mi
afecto, para indicar que la relación que tnemos con alguien es un sentimiento que nos
ha afectado de modo íntimo.
Se trata aquí del encuentro profundo de dos personas, entre las cuales no hay nada
físico, sexual, sino una unificación de dos aspectos separados que logran ahora
unificarse por la semejanza de los sentimientos. Las recetas de la prensa, de las
revistas femeninas, de la publicidad, representan sólo una forma de tocar lo más bajo
del ser humano, la degradación de la persona, con tal de conseguir dinero. El afecto
puede durar toda la vida sin necesidad de que haya contacto físico, y no se rompe por
la distancia. Una vez que dos almas se han reunificado es imposible querer separarlas,
a no ser ue alguien se haya degradado a causa del contagio de la sociedad de
consumo. Las almas puras se aman de modo contemplativo, como si una sola mirada
hubiera bastado para unir lo que estaba alejado.