¿Hacia donde apunta la prudencia?
Dios infunde también la prudencia moral que presupone las tres virtudes teologales:
la fe, la esperanza y la caridad. Con ellas el cristiano toma consciencia de que el fin
sobrenatural de su existencia es participar de la vida íntima de Dios.
Pero la prudencia de la que hablo no apunta directamente a los últimos fines de la
vida humana, sino a los caminos que llevan a esos fines. La característica más común
de la prudencia es su referencia a los caminos y medios, que es vivir en la realidad
concreta. La unidad entre los fines últimos y la prudencia es lo que llamamos “la
consciencia”.
Hay dos tipos de consciencia: la consciencia de los principios y la consciencia de la
realidad. La consciencia de la realidad es la razón humana que toma conocimiento de
la realidad concreta. La palabra “prudencia” puede ser reemplazada por el término
“consciencia”.
