Existencia, amor y poder
Necesitamos ser amados por otra persona, además de existir. No basta haber sido
creados por Dios y pro-creados por unos padres (que pueden aceptarte o no). Cada
uno necesita la continuación del acto procreador. Esa continuación proviene de la
fuerza creadora del amor de otras personas. Un bebé no amado se muere. Unos
jóvenes no amados se suicidan. Unos ancianos no amados se amargan.
Sin embargo, muchas personas viven muy lejos de este ideal: se preocupan por
lograr poder y con el poder conseguir mucho dinero. Y con ese dinero compran cosas
y personas para conseguir más poder. Esas personas, incluso jóvenes se marchitan
pronto y parecen muy viejos. Los maquillados que vemos en la tv son la muestra. La
experiencia la tenemos.
Pese a ello, la misma experiencia humana nos enseña que las personas amadas
florecen, como una planta a la que se hizo revivir. Y nos lo dicen: “Empecé una vida
nueva. Soy una persona nueva.”