EPIFANÍA
La sociedad de consumo inventó el «día del niño» otros días. Es una sociedad de los «aniversarios». El verdadero día del niño es la manifestación de Jesús como Dios y hombre. La tradición católica ha puesto nombre a esta fiesta: la Epifanía.
La tradición basada en el Evangelio de los reyes de oriente» y de «la estrella» es poderosa. El caso de la estrella es interesante pues para la época de la historia en que nació Jesús apareció en el cielo una estrella a la que desde entonces se llama Nova. Sobre todo, la mención de una estrella provoca profundos ecos en el corazón humano: indica el camino, la luz, el horizonte.
Lo básico es que Dios se manifestó como «niño». De allí nació la costumbre, hoy bastante perdida, de que los niños reciban un regalo, como los que recibió el Niño Jesús.
Sea lo fuere de las «modas» de la sociedad, en la cultura cristiana la Epifanía es una ocasión para valorizar lo que los niños pueden hacer por otros niños. Los niños no son receptores sólo, sino también dadores de amor y comprensión. Entienden mucho más de lo que nos imaginamos.