EL TEXTO CLÁSICO: II MACABEOS 12:39-46

EL TEXTO CLÁSICO: II MACABEOS 12:39-46

El único texto del Antiguo Testamento que habla de un estado intermedio, para las almas justas que esperan expiar las penas de sus pecados, porque aún no están purificadas del todo, es el del II Macabeos 12: 39-46. Al día siguiente de su victoria sobre Gorgias, Judas Macabeo descubrió debajo de la túnica de sus soldados muertos en el campo de batalla, algunos objetos de idolatría que habían guardado después del saqueo a Jamnia. Según la Ley de Moises, esos objetos eran impuros y quien los guardaba cometía una falta. Judas consideró la muerte de sus soldados un castigo de Dios. Por eso, hizo una colecta y mandó a Jerusalen doce mil dracmas de plata para que se ofreciese un sacrificio de animales por las almas de sus soldados, pensando en la futura resurrección. Si él hubiese pensado que fuera superfluo rezar por los muertos, no hubiese hecho ese gesto. Porque Judas creía que era bueno rezar por quienes se habían dormido como valientes para que pudiesen ser lirados de cualquier resto de pecados.
El texto es auténtico sin discusión alguna: es citado por los Santos Padres sobre los textos manuscritos más antiguos, sin ninguna variación.
El sentido del texto apoya la existencia del Purgatorio. El horizonte de Judas Macabeo es la futura resurrección de sus soldados, aunque subordina esa resurrección a la expiación de cualquier falta cometida por ellos. Admite que las almas de sus soldados no están en el infierno, ya sea porque su falta no era mortal, o bien porque antes de morir habían tenido tiempo de arrepentirse, como en tiempos del Diluvio universal. Ahora ellos dependen de los sufragios que hacen quienes siguen viviendo aquí.
Quien escribe inspirado por Dios este texto, está también seguro que es algo santo y piadoso orar por las almas de quienes murieron, y señala el gesto de Judas Macabeo para inculcar esta creencia y devoción.

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