El temor servil
Todo temor nace del amor. El temor servil es una forma imperfecta del Temor de
Dios. Este temor teme la pérdida de la plenitud en la vida eterna, es decir, la
condenación. Esa es la esencia del temor servil. El miedo a la pena eterna procede del
Espíritu Santo. El temor servil puede introducirnos al auténtico amor de Dios. A las
realidades últimas, Cielo e Infierno, se las adorando en la consciencia de casi todos
con atributos poco serios. Se piensa el cielo como una pradera para jugar y los
ángeles compañeros de juego. Se ha tergiversado el Infierno y a los ángeles caídos, y
se les ha quitado su capacidad de inspirar temor. El miedo a la condenación eterna es
un motivo de conversión a Dios. Es imposible dominar el miedo a la pena eterna. El
único dominio al temor de condenarnos es avanzar en el camino del amor y la amistad
con Dios.