El sexo convertido en fuga de la realidad
El consumo de sexo aislado del amor verdadero toma a la compañera solo como
medio e instrumento, porque ni siquiera se mira a ese ser personal del participante en
la orgía sexual. Una personalidad bien formada prohibiría ese dejarse usar para fines
impropios, porque se pide una casi total ausencia de calor humano. En ese tipo de
sexo aislado hay un porcentaje de frigidez (en sentido clínico) por mucho que se
aparente lo contrario; y también un porcentaje de violación y algo de totalitarismo que
satura el ambiente tanto en los regímenes de terror como en la sociedad estructurada
tecnológicamente. Ya no queda lugar para la zona verde que sería el amor verdadero.
Así el hombre es empujado al consumo de sexo como única fuga de esta sociedad.