El nombre de santos para los bebés
Según una antiquísima tradición los hijos que son bautizados reciben un nombre
referido a Jesucristo y su constelación, a la Virgen María y su constelación, a los
mártires de la Fe o a los santos. La razón de esta práctica se halla en el Credo.
Declaramos que creemos en la Comunión de los santos. Eso significa que por el
Bautismo formamos una comunión con quienes nos precedieron en la Fe, en especial
quienes están con Cristo y María en el Cielo. Son amigos y protectores de quien lleva
su nombre. Así son comunes los nombres de Víctor y Victoria (el título de Jesús
Resucitado), Jesús, Jesús María, María, José, Gabriel, Magdalena, Isabel, Pedro,
Santiago, Juan, Mateo, Simón, Marcos, Lucas, Pablo, Juana, Susana, Marta, Lázaro,
Inés, Cecilia, Cosme, Damián, Ignacio, Martín y más. También es un honor llevar el
nombre de los ancestros.
La llegada del cine y la TV, provocaron otras modas: la de poner a los hijos el
nombre de actores y artistas famosos. Luego por su cuenta, algunos decidieron
imponer a sus hijos nombres de otras culturas.
El nombre indica su misión. Elegir el nombre para los hijos no es una señal de
dominio sobre ellos, son un deseo sobre su existencia y su horizonte. El nombre
indica bajo quien queda protegido ese nacido: es un pedido a Dios de que ayude al
hijo por las oraciones y méritos de un santo, pues Cristo vive siempre intercediendo
por nosotros y lo mismo hacen los salvados que están con Cristo.