El lado negativo de ser caminante
Los caminantes estamos cerca de la nada, como cualquier criatura. Existimos pero la
realidad es que pertenecemos a un mundo que Dios creó de la nada. Esta cercanía de
la nada se manifiesta en el hecho de que hacemos lo contrario de la libertad humana.
En efecto, nuestra libertad se realiza cuando hacemos el bien. Lo contrario es que
tenemos la posibilidad de pecar, y los pecados son un camino a la nada. Como somos
racionales no podemos impedir, de modo natural, esa posibilidad de pecar. Como
venimos de la nada, podemos ir al no-ser. Cuando termina nuestro ser de caminantes
e ingresamos en el estado de poseedores, en lugar de poder ir al no-ser nos unimos,
de modo sobrenatural, a Dios el Ser absoluto. Esa libertad de pecar, que nos destruye,
se convierte en la libertad de no poder pecar, que nos eleva. Eso es lo maravilloso de
poder llegar a ser plenos y felices de verdad.