El escapulario de la Virgen María
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Un signo de la tradición católica desde hace 8 siglos es el
escapulario de la Virgen del Carmen. Es aprobado por la Iglesia
como muestra de amor a María y compromiso de imitar su fe.
En la Edad Media muchos laicos quisieron asociarse a las órdenes
religiosas fundadas entonces: franciscanos, dominicos y
carmelitas. Cada orden dio a los laicos un signo de afiliación. Los
carmelitas dieron el escapulario de María.
María nos enseña a vivir abiertos a la voluntad de Dios, a escuchar
su Palabra; orar en cada momento, descubriendo a Dios en cada
ocasión; y a vivir preocupados por las necesidades de los demás y
solidarizarnos con los más pobres. El escapulario recuerda nuestra
necesidad de Dios y su amor hacia nosotros en cada instante.
