El cuerpo traduce el misterio del alma
El misterio del alma lo traducen las palabras y los signos del arte (visuales,
sonoros, móviles). El arte no expresa ideas y argumentos abstractos, sino el
misterio de Dios, Palabra eterna hecha alma y carne. Los cristianos
transmitimos ese misterio por el testimonio de nuestra vida, que puede liberar a
quienes tienen Fe. El testimonio no se parece al artista que debe calcular,
trabajar, usar medios técnicos. El testimonio se expresa espontáneamente al
anunciar la Palabra redentora, y da la vida por ella. Los pueblos dan testimonio
de su alma cuando expresasn sus sentimientos religiosos: cantos, poemas,
danzas. Así el pueblo entrega a Dios, lo que El regaló en la creación: equilibrio,
armonía, ritmo, belleza y movimientos. El cuerpo actúa sobre el alma y el alma
transforma la fisiología. El hombre que se abandona a sus instintos se castiga;
el que se esfuerza por vencerse se espiritualiza. Eso manifiesta el rostro de
cada uno. Además, el cuerpo no miente. Pues nuestra alma no se contenta con
tener una cierta libertad, el alma busca la verdad, el bien y el amor.